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que no se realiza según criterios humanos escogiendo a los «sabios, poderosos o de familias distinguidas ... » sino a todos aquellos que Jesús elige bondadosa y gratuitamente para renovarles y darles nueva vida según su Espíritu .. . «Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud para caer de nuevo en el temor, sino que habéis recibido un espíritu de adopción filial que nos hace exclamar: Abba ! ¡Padre! El mismo Espíritu testifica, unido a nuestro espíritu, que somos hijos de Dios.» (Rom 8, 15-16). La docilidad a los dones y gracias del Espíritu que nos ayuda a conocer y seguir el llamamiento de Dios, nos facilitará la respuesta filial al querer del Señor. 3.-Responsahilidad en la búsqueda y seguimiento de nuestra vocación Es lógico que por espíritu filial, y de gratitud para con el Creador, hagamos todo lo posible por conocer y cumplir con nuestra vocación. A ello debe impulsarnos también la razón teológica de que, como miembros del Cuerpo Místico de Cristo, la realización de nuestra vocación contribuye «a la edificación del Cuerpo de Cristo», la Igle– sia (/ Cor 12, 1 ss). Lean Bloy, el fogoso escritor francés convertido al catolicismo, decía que cada hombre está sobre la tierra para lo que Dios quiere de él y su deber es conocerlo y así realizar una parcela o una mon– taña de los materiales invisibles con que será edificada la ciudad de Dios ... 4.-EI Concilio Vaticano II exhorta al cumplimiento de la misma «El Concilio exhorta a los cristianos, ciudadanos de la ciudad temporal y de la ciudad eterna, a cumplir con fidelidad sus deberes temporales -su vocación individual que tiene repercusiones sociales y comunitarias-, guiados siempre por el espíritu evangélico. Se equi– vocan los cristianos que, pretextando que no tenemos aquí ciudad permanente, pues buscamos la futura -el cielo eterno-, consideran que pueden descuidar las tareas temporales, sin darse cuenta que la propia fe es un motivo que las obliga al más perfecto cumplimiento de todas ellas según la vocación personal de cada uno. (Const. Iglesia y Mundo, n. 0 43). Lee con detención los consejos prácticos que San Pablo da a los Tesalonicenses: 132
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