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14 REINADO DE SALOMON (960-922 a. da cr.) Salomón era hijo de David y Betsabé. Aunque no ·era el primo– génito cle los hijos del rey, Betsabé logró que David lo proclamara su sucesor al trono, contra las pretensiones de Adonías, e! 1 hijo ma– yor del rey. Dos cosas caracterizan, sobre todo, el reinado y la persona de Salomón: la sabiduría del rey, en la que aventajó a todos los que le precedieron y a todos los reyes que le siguieron, y las grandes obras, entre las que sobresale la construcción del tempfo de Jerusalén. También edificó y fortificó ciudades, embelleció su palacio y acumuló mucha riqueza. Salomón fue grande mientras fue fiel a Dios. Cuando se apartó del recto camino de la ley y comenzó a dar culto a falsos dioses, empezaron a caer desgracias y calamidades sobre su reino, que oscurecieron y entristecieron 1os últimos días de la vida del rey. Jesucristo alude en su Evangelio a la sabiduría ·y grandeza de Sa– lomón, grandeza y sabiduría· que se habían hecho proverbiales en Israel. 1. Reinado de Salomón. Una vez proclamado rey, Salomón hizo a Dios esta plegaria: 0.h S~ñor, mi Dios, tú me has hecho rey, pero yo soy aún muy joven y no sé obrar como rey. Dame un corazón lleno de sabiduría para poder dis– tinguir entre el bien y el mal (1 Re. 3, 7-9). Esta súplica agradó sobre manera a Dios, y díjole el Señor: Porque me has pedido esto y no pediste para ti larga vida, ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste inteligencia para obrar la justicia, mira, yo te lo concedo: he lfquí que te doy un corazón sabio e inteligente como no lo ha tenido nadie antes de ti ni lo tendrá nadie después. Pero además te concedo lo que no has pedido: riquezas y gloria (1 Re. 3, 10-13). 91
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