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Los israelitas dan vueltas en torno a Jericó 4. Toma de Jericó. (Jos. 6). Una vez pasado el Jordán, se establecieron en Guilgal. Aquí celebra– ron ~a Pascua y comieron, por primera vez, los frutos de la Tierra Pro– metida. A partir de entonces, la Biblia dice que cesó de caer el mila– groso maná. A dos o tres kilómetros de Guilgal había una ciudad fuerte– mente fortificada: Jericó. Dios manda a Josué que la destruya. Para ello se organiza, durante siete días, una solemne procesión en torno a los muros de la ciudad. Al séptimo dia, se produce un fuerte scnar de trompetas y el pueblo entero lanza un estruendoso grito de guerra, y, los muros de la ciudad se desmoronan por sí solos. Los israelitas pene– tran a sangre y fuego. Otras ciudades de la montaña sufren muy pronto el mismo destino. La fama de J osué se extiende por toda Palestina y algunos reyezuelos hacen pacto con los hijos de Israel. Nadie era capaz de resistir al cau– dillo israelita. En una campaña militar rápida sometió a su poder las principales ciudades del centro, del sur y del norte de Palestina. Esto significaba el golpe de gracia contra el poder de los cananeos. En tiem– pos posteriores, cada tribu o grupo de tribus irían afianzándose más y más en los lugares conquistados. La batalla más famosa fue la de Ga- 69

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