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reanudar la marcha y protegiéndoles contra los ardores del sol o la os– curidad de la noche. Era un símbolo constante de la presencia y provi– dencia de Dios para con su pueblo. El carnina debía ser muy penoso. Cades era una región rica en fuentes de agua, una de las grandes nece~ sidades de los que peregrinan por el desierto. Allí se establecieron los israelitas, en espera_, sin duda, de penetrar en Palestina por el sur. l. Exploración de Palestina. (Núm. 13). Los israelitas permanecieron en la región de Cades cuarenta años. Estando allí, a las puertas mismas de la Tierra Prometida, Moisés envió un grupo de doce hombres para que exploraran bien toda Palestina y dieran un informe exacto. Entre los exploradores estaban Josué y Caleb. Durante cuarenta días recorrieron a pie toda la tierra. Al volver, tra– jeron consigo, como muestra de su fertilidad, frutos del campo, y dije– ron a Moisés que la tierra era muy buena y mtiy fértil, pero que los hombres que la habitaban eran de gran estatura, y las ciudades muy defendidas. Al oír esto, el pueblo se desanimó y comenzó a murmurar y protestar contra Moisés. Los únicos exploradores que animaron al pue– blo a _una rápida conquista fueron Josué y Caleb. Moisés levantó una serpiente de bronce en el desierto 3. Rebeliones y casti~os. Después de inútiles tentativas de penetrar en Palestina por él sur, los hijos de Israel se vieron obligados a hacer un gran rodeo: atravesar la árida región del Arabá, subir por la meseta transjordánica, bordeando 62

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