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zarzas un cordero y lo inmoló en honor de Dios, en lugar de su propio hijo Isaac. 6. Promesas mesiánicas. Bl libro del Génesis nos habla en distintas partes de las promesas que Dios hizo a su amigo Abraham -multiplicará su descendencia como las arenas del mar y las estrellas del cielo, haciéndole así padre· de un gran pueblo. --dará a sus dencendientes toda la tierra de Canaán -o/ la más importante, con claro sentido mesiánico: en su descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra. Esta descendencia, en la que todas las gentes serán bendecidas, es Cristo. Así lo enseña San Pablo en la carta a los Gálatas (3, 16). Y en la carta a los Efesios nos dice: Bendito sea el Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda suerte de bendiciones celestiales por medio de Cristo Je~ús (1, 3 ). 7. Matrimonio de Isaac y muerte de Abraham. La vida de Abraham tocaba a su fin. Pero antes quiso buscar una bue– na mujer para su hijo Isaac, el heredero de las promesas divinas: Con Isaac estableceré yo mi alianza-le dijo Dios-y con su descendencfa después de él. . Abraham envió a Eliecer, su mayordomo, a Mesopo– tamia, a Jarrán, donde vivían parientes suyos, para buscar allí la mujer deseada. Eliecer tornó consigo diez camellos cargados de pre• ciosos regalos y se encaminó a Jarrán. Cuando se · acercaba a la ciudad, tropezó con una joven llamada Rebeca. Esta le ofreció agua a él y a sus camellos. En esto conoció Eliecer que era la mujer destinada para es• posa de Isaac. Los padres de Rebeca la dejaron partir contentos. Isaac se casó con ella: Poco después se dormia Abraham en la paz del Señor. La Biblia nos dice que tenía~ al morir, ciento setenta y cinco años. PARA TU VIDA Una idea: Por su fe inquebrantable en la p·alabra de Dios, mere– ció Abraham las promesas y las bendiciones divinas. Un sentimiento: Pide a Dios que aumente en ti la fe y la con– fianza en El. Un propósito: Obedeceré 1a voz de Dios que me habla por medio de mis padres, de mis profesores, del sacerdote. 33