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20 BAJO EL YUGO EXTRANJERO (333-164 a. de Cr.) La comunidad judía de después del destierro estaba estable– cida en Judea, teniendo corno centro de su vida Jerusalén. Aunque bajo el dominio de los persas, gozaba, sin embargo, de una cierta independencia. · El año 333 pasa a depender de los griegos, que se habían apoderado de toda Siria y Palestina. Durante casi dos siglos de dominio griego, la vida de la comunidatl judía se desarrolla bastante bien, gracias sobre todo a dos cosas: fidelidad al culto y fidelidad a la Ley. Y este amor al culto del Templo y a la Ley fue lo que salvó la vida espiritual de la Nación judía en la gran persecución de Antíoco Epífanes. En esta época van desapareciendo los profetas propiamente ta– les, y vienen sustituidos, en los planes de Dios, por una nueva clase de personas: los escribas o doctores de la Ley. Los estudios de estos sabios tienen como finalidad interpretar bien la Ley de Dios y aplicarla a las diversas circunstancias de la vida. Con motivo de la gran persecución de Antíoco Epífanes, se escribió el libro más in:teresanrte de esta época : el libro de Daniel~ 1. Bajo el yugo extranjero. El pueblo judío cambió varias veces de dueño. Primero, los babilo– nios; después, los persas; más ta:1'de, los griegos. Estos, mandados por el joven y valiente general Alejandro Magno, después de adueñarse de todo Egipto y Asia Menor, conquistaron Siria, Palestina, Mesopotamia y Persia. Un imperio inmenso, corno nunca se había conocido, estaba en poder de Alejandro. Pero aquel extraordinario general se vio atacado por una grave enfermedad y murió en Babilonia (323), cuando contaba sólo treinta y tres años de edad. Fue el conquistador más famoso de los tiempos antiguos. 125