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Gravedad del robo en general. El robo es de suyo pecado .grave. San Pablo lo enumera entre los pecados que excluyen del «reino de los cielos» (1 Co 6, 10). Para determinar en concreto la cantidad requerida para come– ter pecado grave, hay que tener en cuenta: - El daño causado a los particulares, víctimas del robo. Depen– de si son pobres o ricos, si se trata de pequeños hurtos re– petidos, o de objetos pertenecientes a varios dueños, etc. - El perjuicio causado al bien común de la sociedad, poniendo en peligro la confianza y seguridad sociales. Así, el robo de ciertas cantidades importantes puede ser grave, aunque no cause daño grave, al interesado, por ser muy rico. 4. LA INJUSTA DAMNIFICACION La damnificación consiste en causar voluntaria e injustamente daifo al prójimo en sus bienes materiales, sin provecho propio. Tam– bién se considera injusta damnificación el impedir a otro injusta– mente la consecución de algún bien. Así, el que daña o destruye injustamente alguna propiedad aje– na, instrumentos de trabajo, la cosecha, instalaciones públicas o privadas, etc., comete una injusta damnificación; aunque el dam– nificador no se enriquezca por ello. Gravedad de la damnificación: En orden a establecer la gravedad de este pecado, tiene gran im– portancia la intención. 1) 'Si el daño se debe a un descuido o negligencia grave, el pecado será grave, si ·se trata de un daño importante y al mismo tiempo se advierte la grave e injusta negligencia en impedirlo. 2) Si la damnificación procede de mala voluntad deliberada, odio, enemistad, etc., incluso los daños de poca importancia pueden ser pecado mortal, a causa de la mala intención. Con todo, ·la in– justicia exterior como tal, en orden a la restitución, habría que me– dirla según fuera la importancia real del daño causado. 3) Si de hecho no hay culpa moral subjetiva 1 es dudoso que exista obligación de conciencia de reparar ·los daños, aunque sean graves. 90
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