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6. PRINCIPALES PELIGROS DE LA PUREZA tos peligros que por todas partes asedian la virtud de la pureza son numerosísimos. -. Unos son interiores, nacen de uno mismo: como la ociosidad, !a soberbia y sobre todo el espíritu de sensualidad, que inclina al hombre a buscar lo que agrada a los sentidos y al cuerpo. - Otros son exteriores, vienen de fuera: 1) Las malas compañías: En sus conversaciones procaces ense– ñan el vicio al inocente y le hacen perder la estima de la virtud. 2) El cine, radio, televisión y espectáculos inmorales: Con res– pecto a la juventud es uno de los mayores peligros actuales· contra la castidad el asistir indistintamente a toda clase de espectáculos, o escuchar cualquier programa de radio o televisión. Se precisa dis– creción y responsabilidad, y consejo de personas prudentes. 3) Los bailes: Todo el ambiente, música, vestidos, los movi– mientos, son poderosísimos excitantes de la sensualidad, en espe– cial con respecto al joven. 4) Las modas: La moda, dentro de sus justos límites, es acep– table. Nada hay que oponer a la mujer que cultiva con moderadón su belleza. Pero_ las modas exageradas fácilmente pueden escandali-• zar o ser ocasión de muchas tentaciones. Sobre todo, lo descostum– brado .y nuevo es lo que más daño puede hacer. 5) Relaciones prematuras: Estas relaciones, tan en. boga, tienen sus peligros, dada la inmadurez de unos y de otras, la falta de ey:. periencia y de responsabilidad. Además, puede contribuir a que «ellos» adquieran maneras femeninas, y «ellas», gestos y modos masculinos. ·7. MEDIOS PARA CONSERVARLA Son muchos los medios que tenemos para conservar la pureza. Unos son naturales: l) El espíritu de sacrificio: Nada se puede esperar a la hora de la tentación de una voluntad que condesciende con todos los capri chas, ni está habituada al propio vencimiento. 82

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