BCCCAP00000000000000000000524
El hombre puede do min ar siempre a la bestia 3) Conversaciones. Las conversaciones sobre cosas impuras son pecado: cuando con ellas se induce a otro a pecado, o cuando hay complacencia vo– luntaria en la impureza. Las conversaciones serias sobre temas sexuales. con naturalidad y corrección, son lícitas, si hay motivos para eilas. Los chistes sobre materia sexual, en general se cuentan sin in– tención pecaminosa, y se ríen sólo por lo que tienen de gracia. Aun en este caso son desaconsejables, ya que pueden dar lugar a ciertos peligros. Decía San Pablo: (( En cuanto a la fornicación y cualquier género de impurezas, que ni siquiera se nombren entre vosotros >) (Ef, 5, 3). 79
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz