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'1. COMO SE PECA DE PENSAMIENTOS, DESEO, CONVERSACIONES Y OBRAS El pecado de impureza consiste en el abuso de la f acuitad sexual, esto es, en emplear la facultad sexual contra su finalidad, bus– cando el placer sexual fuera del orden establecido por Dios en el santo matrimonio. En la Sagrada Escritura está claro que los pecados deshonestos son en sí pecados graves. «No os engañéis, dice San Pablo; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados ... poseerán el Reino de los Cielos» (1 Co 6, 9 ss.). Vamos a examinar brevemente los principales pecados de impu– reza: pensanúentos, deseos, palabras y obras. 1) Pensamientos. El mero pensar en cosas deshonestas no es en sí malo. Pero es fácil que estos pensamientos provoquen tentaciones. En la prácti– ca, la licitud o ilicitud del mero pensar cosas deshonestas depende conjuntamente: - de los posibles peligros que se originen - y de los diversos motivos que se tengan para pensar en tales temas. El pecado de pensamientos impuros se da cuando uno se deleita voluntariamente (queriendo) en la imaginación de un pecado im– puro; es lo que se llama complacencia o delectación morosa. He– mos dicho voluntariamente, porque bien claro está que las imáge– nes impuras no pueden ser pecado, si la voluntad en ningún mo– mento se complace·. 2) Deseos. Los deseos voluntarios de realizar algún acto impuro const:tu– yen pecado interno de impureza, aunque no llegue a realizarse. Lo que importa aquí son los sentimientos del corazón. Otro tanto ha de decirse del gozarse en los pecados de impureza ya cometidos, o del dolerse de no haber aprovechado alguna ocas:ón · de pecado. . Para luchar contra los pecados internos de impureza, lo· mejor es desviar el pensamiento hacia objetos indiferentes que nos resul– ten interesantes. Y, sobre todo, tener la voluntad positivamente orientada hacia la práctica del bien. 78

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