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hijos. Nada más justo, pues, que éstos los socorran en sus necesida– des espirituales y corporales. Se trata de una obligación grave, de la que no excusan nunca disculpas egoístas. «Hijo, acoge a tu padre en la ancianidad y no le des pesares en su vida» (Eclo 3, 14). 2. DEBERES DE LOS PADRES Correlativos a los deberes de los hijos con sus padres son los de éstos con sus hijos. Los padres deben a sus hijos, sobre todo, estas dos cosas: amor y una buena educación. 1) Amor. . Se trata de algo tan connatural a los padres que no es preciso in– sistir. Los pádres han de ser: afectivos y tiernos con sus hijos, de– seándoles y procurando para ellos el mayor bien posible espiritual y corporal. · Deben evitar, con particular interés, como enemigo del amor, la parcialidad, dejándose llevar de injustas preferencias entre los hijos, y de excesiva condescendencia con ellos. 2) Educación. Los padres no pueden contentarse con engendrar una nueva vida; tienen que llevar al recién nacido a la perfección humano-espi– ritual que le corresponde como hombre. Han de procurar, pues 1 para sus hijos una esmerada educación física , intelectual, moral y religios~. a) Física: Ya desde el tiempo mismo de la concepción deben preocuparse los padres de la nueva vida, especialmente la madre. El estado de ánimo de la esposa encinta influye mucho en el carác– ter y buena condición del hijo. En general, deben los padres satisfacer todas las necesidades corporales de sus hijos. hasta que éstos se valgan por sí mismos; vestido, alimentación, habitación, cuidados higiénicos, _etc. b) Intelectual: Los padres deben procurar el desarrollo progre– sivo de la inteligencia del hiio, mediante la debida instrucción, adap- tada a su edad y capacidad. · 55

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