BCCCAP00000000000000000000524

LECTURA Sentido del descanso dominical (para los judíos· el sábado) uGuarda el sábado, para -santificarlo, como te lo ha mandado Yahveh, tu Dios. Seis días trabajarás, y harás tus obras, pero el séptimo es sábado de Yahveh, tu Dios. No harás en él trabajo alguno, ni tu, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey... Acuérdate de que siervo fuiste en la tierra de Egipto, y de que Yahveh, tu Dios, te sacó de allí con mano fuerte y brazo tendido; y por eso Yahveh, tu Dios, te manda guardar el sábado» (Dt 5, 12-15). Una misa en tiempos de San Pablo «El primer día d~ la semana, estando nosotros reunidos para partir el pan, platicando con ellos Pablo, que debía partir al día siguiente, prolongó su discurso hasta la medianoche. Había muchas lámparas en la sala donde estábamos reunidos.. Un joven llamado Eutico, que estaba sentado en una ventana abrumado por el su~ño, porque la plática de Pablo se alargaba mucho, se cayó del tercer piso abajo, de donde le levantaron muerto. Bajó Pablo, se echó sobre él y, abrazándol~. le dijo: No os _turbéis porque está vivo. Luego subió, partió el pan, lo comió y prosiguió la plática hasta el ama– • necer, y luego partió11 (Hech 20, 7-11). PARA TU VIDA Si la misa es el acto más grande e importante del culto cristiano. no debes omitirla el domingo, sin un motivo verdaderamente grave. Es preciso además oírla con verdadera devoción. No .asistas indiferen– . te y apático, como una columna más de la iglesia, sino con el alma v el corazón enfervorizados, dispuesto a revivir el misterio que se celebra. Ten en cuenta que en torno a Cristo, realmente presente en el altar, está congregada la gran familia cristiana, glorificando, dando gracias, pi– diendo nuevos favores para la semana que empieza. 51

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz