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LECTURA El cántico· de la caridad uSi hablando lenguas de h_ornbres y de ángeles no tengo caridad, ·soy corno bronce que suena o címbalo que retiñe. Y si teniendo el don de profecía y conociendo todos los misterios y toda la ciencia y tanta fe que trasladas~ los montes, si no tengo caridad, no soy nada. Y si repartiera toda mi hacien– da y entregara mi cuerpo al fuego, no teniendo caridad, nada me aprovecha. La caridad es paciente, es benigna: no es envidiosa, no es jactanciosa, no se hincha; no es descortés, no es interesada, no se irrita, no piensa mal; no se alegra de la injusticia, se complace en ·la verdad; toJo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera . La caridad no pasa jamás; las profecías tienen su fin, las lenguas cesarán, y la ciencia se desvanecerá. Al presente nuestro conocimiento es imt-'erfecto, y lo mismo la profecía; cuando llegue el fin desaparecerá eso que es imperfecto .. . Ahora vernos por un espejo y os:::unmente; entonces \'.eremos cara a cara .. . Ahora permanecen, estas tres cosas: fe, esperanza y caridad; ·pero la más ex– celente de ellas es la caridadn (1 Co 13, 1-13). 34 PARA TU VIDA ~,abes lo que Dios nue~tro Padre, ha hecho por ti. ¿Qué haces tú por Dios'? Corre8ponde al amor que Dio~ te tiene haciendo todo por su amor, y no dejando pasar ningún día sin hacer también algo por tu próiimo. A tu alrededor hay siempre necesitados de tu cariño, de tu ayuda, de tu palabra amable, tal vez de (u limosna.
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