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El cristiano debe ser, pues, alegre y optimista, porque tiene pues– ta en Dios su esperanza, y sabe que no le faltará su ayuda ni en el dolor, ni en la tentación, ni en las diversas pruebas que le pueden sobrevenir. Es bonito trabajar por Dios, sabiendo que nos tiene preparado un reino. ¿Quién no estará, pues, decidido a trabajar valerosamente por El? 3) Amar (Caridad). Caridad es una z 1 irtud sobrenatural por la que amamos a Dios sobre todas ..las.--.cos.a.s por ser quien es, y a nosotros y a( prójimo por amor de Dios. (Catee., n. 202). Debemos creer en Dios y esperar en El; pero sobrt todo a Dios es preciso amarle. El hábito sobrenatural del amor a Dios se llama caridad; se infunde con la gracia en el bautismo y se pierde con ella. La caridad: 1) Es la virtud más excelente , ya que nos une directamente con Dios, suma bondad. lo dice expresamente San Pablo: «Ahora permanecen estas tres cosas: la fe, la esperanza y la caridad; pero la más excelente de ellas es la caridad » (1 Co 13, 13). 2) Es el compendio de la vida cristiana: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón , con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más grande y el primer mandamiento)) (Mt 22, 37-38). De hecho según la caridad seremos juzgados en el último día: << Ve– nid, benditos . .. , porque me disteis de comer :.. )) (Mt 25, 31-46). 3) Es el distintivo de todo verdadero cristiano: « En esto conoce– rán todos, decía Tesús, que sois mis discípulos , si tenéis caridad unos con otros )) (J n 13, 35). Jesucristo puso todo empeño en incul– carnos la práctica de la caridad y nos legó como herencia el gran mandamiento del amor. Motivo de la caridad. El objeto de la caridad, la cosa amada , comprende cosas tan di– versas como Dios, nosotros y el prójimo. Pero estos objetos se uni– fican en cuanto que el moti vo de nuestro amor ha de ser siempre el mismo: la bondad de Dios. Por la caridad amamos a Dios, suma bondad, en sí mismo, en nosotros y en el prójimo. Si no existiera esta motivación sobrena- 21