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Por eso se dice que la fe se apoya en el testimonio de quien afir– ma una cosa. Si el que da testimonio es un hombre, y 10. -creemos por la con– fianza que nos inspira en .cuanto tal persona, tenemos la fe humana. Si el que nos habla y comunica una verdad no es ya un hombre, sino Dios, y nosotros le prestamos total asentimiento por su divina autoridad, que no puede engañarse ni engañarnos, tenemos la fe divina. Fe divina es, pues, una virtud sobrenatural por la ·que creemos firmemente lo que Dios ha revelado y la Iglesia nos enseña. (Cate¡ cismo, n. 192.) Dios se ha revelado al hombre, comunicándole muchas verdades. Se ha revelado sobre todo por Jesucristo, que es la palabra del Padre. El hombre debe responder con la fe, teniendo por verdadero todo lo que Dios le ha revelado; debe esforzarse además por vivir con– forme a su fe. Motivos de la fe. Son las razones por las que creemos. El motivo de nuestro libre asentimiepto a las verdades reveladas es la autoj•idad de Dios. La autoridad de Dios se funda en su ciencia v en su veracidad. Sabemos que · Dios es infinitamente sabio. y no puede equivocarse; que es infinitamente veraz. y n·o puede engañarnos. ·1 Extensión de la fe. - El tesoro de sus revelaciones lo ha confia- do Dios a la Iglesia Católica: «Id, pues, y enseñad a todas las gen– tesn (Mt 28 , 19). «El que a vosotros oye. a mí me oye,) (Le 10, 16). Debemos, pues, recibir con sumisa obediencia las enseñanzas que la Iglesia proponga como reveladas; no en vano está asistida por el Espíritu de verdad para decidir lo que ha de ser creído. Ya dice San Pablo ,, qüe es la Iglesia de Dios vivo, columna y fundamen– to de la verdad ,> (1 Tm l , 15). Necesidad de la fe. La fe es necesafi':1 para salvarse: a) Con necesidad de medio: de forma que sin ell a nadie puede salvarse. Dice San Pablo que < 1 sin la fe es imposible agradar a Diosn \ (Heb 11, 6). 19

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