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En cambio, las criaturas racionales, inteligentes y libres, deben someterse libremente. Si nos fijamos en las distintas maneras como se manifiesta al • hombre la ley eterna de Dios, podemos -distinguir la ley natural y la ley divino-positiva. 1) Ley natural. La ley natural no es sino «la participación o reflejo de la ley eterna en las criaturas racionalesn; esto es, la misma ley eterna, co– nocida por la mera razón, dirigiendo al hombre dentro del plan ge– neral de la creación. Se llama natural porque la ha grabado Dios, por así decir, en el corazón del hombre, y se la puede conocer con las solas luces de la razón, sin necesidad de la revelación. Cualidades de la ley natural.- De su mismo concepto se deduce ya que la ley natural ha de ser por necesidad: a) Universal: obliga sin excepción a todos los hombres, y en todo tiempo. b) Inmutable e indeleble en el corazón humano, sin cambiar con los tiempos. e) Indispensable: que no puede ser dispensada por Dios, ni por ninguna otra autoridad. d) Perfeccionadora de la naturaleza: el bien de la naturaleza humana exige que se observen' los mandatos de la ley natural. Contenido de la ley natural._ La ley natural ha de ser nuestra primera regla y norma de vida; por eso sus preceptos serán fácilmente conocidos por el hombre. Po– demos distinguir dos categorías de preceptos naturales: a) Los preceptos primarios, que se manifiestan con toda eviden– cia a la conciencia, v. gr.: «Ha de hacerse el bien y evitar el maln, (/No hagas a otro lo que no quieras para tin. b) Los preceptos secundarios, que suponen ya un mínimo de ra– zonamiento y de esfuerzo mental. Cabe respecto a ellos ignorancia inculpable, al menos durante algún .tiempo. Los preceptos secundarios son una aplicación de los primarios con respecto a las diversas actividades del hombre, y están conte– nidos en el Decálogo. 12

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