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2) ta obligación de someter a la censura episcopal los libros que tratan de materias religiosas., etc. Tengamos presente que obedecer a la Iglesia es obedecer al mis– mo Cristo: (( El que a vosotros escucha a Mí me escucha» (Le 10, 16), El es quien, por el Espíritu Santo, rige la Iglesia en la persona de sus representantes, el Papa y los obispos. GUION PARA EL REPASO 1. Replica a quienes te digan que el ayuno y la abstinencia no tie– nen ya sentido en nuestros tiempos. 2. ¿Qué es lo que más te cuesta: privarte un día de carne o dar una limosna? ¿Cuál de estas dos cosas te parece más apro– piada, como mortificación, para los tiempos que vivimos? 3. Se oye decir con frecuencia que el cuidar y regalar con exceso el cuerpo es con detrimento del espíritu. ¿Te parece que es esto verdad? 4. En un día de ayuno una persona se ajusta a los 70 gramos por la mañana y a los 250 por la noche, pero a mediodía come opíparamente. Otra, en cambio, sin ajustarse a estas medi– das, suprime la merienda y se preocupa de mortificarse un poco en las tres comidas. ¿_'Quién guardó mejor la ley del ayuno? 5. ¿Qué debes hacer si en tu casa, por descuido o por mala volun– tal, no se observa la abstinencia? 6. ¿Cuál es el tiempo que la Iglesia consagra especialmente a la mortificación y penitencia? ¿_'Por qué motivo? í. ¿Tenemos los cristianos alguna responsabilidad de orden econó– mico corr la Iglesia? Responde a los que dicen que «los cu– ras» no hacen más que pedir. 8. ¿Sabes a qué se llama «estipendios» de misas y «der(!chos de estola? · ¿_'Tienen carácter de limosna o de precio? ¿Te pare– ce bien que el Estado pague a lo~ sacerdotes? 126

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