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>. c·Sabes lo que significa la palabra (1viáticoP2 Juzga la conducta de unq hija que, por no asustar a su padre enfermo, esperc1 a que pierda el sentido para avisar al sacerdote. ¿Quiere mucho a su padre? 6. La misa es un banquete. ¿Qué dirías de un banquete en el que la mayor parte de los convidados se abstienen de comer? 1. Analiza y juzga tú mismo esta proposi,ción: «Es a las diez de la noche cuando se puede decir si uno ha hecho una buena rmnZJnión >> . -LEC.TURA El Pan que bajó del cielo « Yo soy el pan de vida: vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron. Este es el pan que baja del cielo parJ. que el que come no muera . ¡ Yo soy el pan vivo bajado del cielo! Si alguno come de este pan vivirá para siempre y el pan que yo le daré es mi carne, vida del mundo. Disputaban entre sí los judíos, diciendo: «¿Cómo ouede éste darnos a comer su carne? n • - Jesús les dijo: « En verdad, en verdad os digo que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna y yo le resucitaré en el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es ver– dadera bebida u. El que come mi carne y bebe mi sangre está en Mí y yo en él. Así como me envió mi Padre vivo, y vivo yo por mi Padre, así también el que me come vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo ... ¡ El que come este pan vivirá para siempre! n (Jn 6, 48-58). PARA TU VIDA El alma en pecado mortal es un a!ma muerta, es un alma sin gracia. Jesús no podrá entrar en un alma así; sus brazos esperarán inútilmente abiertos... Pero, gracias a Cristo, mientras vivamos en la tierra, no hay derrota definitiva, no hay muerte eterna. Hay siempre posibilidad y esperanza de victoria final. 120 - El acto de perfecta contrición te resucita. - La confesión te ckvuelve la plenitud de la gracia, y te da vi- gor para vencer las nuevas tentaciones de pecado mortal. No la temas. No la retrases ni siquiera un año. No la abandones. El confernr es Cristo que te e~r.a. No te acuestes, pues. nunca en pecado mortal.