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Si alguien no comulgó durante el tiempo pascual -porque no pudo o no quiso- está obligado a hacerlo lo antes posible en el resto del año. No obran, por tanto, bien quienes una vez pasado el tiempo pascual, esperan ya a la Pascua de otro año. 7. LA COMUNION POR VIATICO Se llama santo Viático a la comunión que se administra a quien se halla en peligro de muerte. El sacramento de la unión con Cristot la comunión, nunca es tan necesario como en el momento en que se deja este mundo para en– contrarse con el Señor en la eternidad. Ya dice el Señor que la Eucaristía es prenda de vida eterna. «Yo soy el pan vivo bajado del cielo; si alguno come de este pan vivirá para siempre» (J n 6, 50). Por ello la Iglesia ha declarado que en peligro de muerte, cual– quiera que s·~a la causa de ese peligro, obliga a los fieles el precep– to de recibir la sagrada comunión. No se ha de esperar a que un enfermo pierda el sentido para avisar al párroco; ya que en tal estado no se le puede administrar el Viático. - Se ha de administrar el Viático incluso a los niños que ten– gan uso de razón, aunque no hayan hecho todavía la primera • comunión. - Aunque se haya comulgado el mismo día, es aconsejable que se administre otra vez la comunión por Viático. 8. FRECUENCIA DE SACRAMENTOS El mínimo obligatorio es confesarse, si hay pecados mortales, y comulgar una vez al . año. Pero la Iglesia quiere que confesemos y comulguemos con fr ecuencia. El buen hijo de la Iglesia no se contenta con cumplir lo estric– tamente mandado . Sabe que el ideal del cristiano es la compenetra– ción cada día más íntima con Cristo. Y los medios eficaces de esta unión son los sacramentos. 1) La práctica de la confesión frecuente: es un gran medio para perfeccionarse espiritualmente. Pío XII en su encíclica «Mystici Cor– poris » enumera sus múltiples ventajas espirituales: - aumenta la gracia - purifica la conciencia de faltas veniales 118
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