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-32- la turbación producida por la falta, dejará que el tiempo lleve la calma, tanto a él como al corazón del niño. Los castigos más eficaces son los que consisten en aprovechar los efectos naturales de la falta cometida, haciendo sufrir las consecuen– cias al que es su autor. Aplicado el castigo, olvídese la falta, acéptese el arrepentimiento y sea el delincuente alentado con paternal benevolencia. A los castigos propiamente dichos hay que añadir las advertencias, las reprensiones y las amenazas. La-advertencia llama la atención del alumno sobre un punto en que falta, y le hace entrar inmediatamente en razón. La reprensión añade a la advertencia la severa expresión del disgusto provocado por algunas reincidencias imperdona– bles. Cuando la reprensión es particular, procura el maestro, sin divagar en largos razonami.entos, señalar la falta y sus consecuencias, y apela, en primer lugar, a los sentimientos generosos, que se encuentran siempre en el corazón del joven. Evite con cuidado toda palabra humillante y excesiva, y no deje de sugerir los medios para enmendarse, pues la corrección seca se expone a resultar estéril. La amenaza es el anuncio del castigo, y un medio que se da al alumno para que vuelva sobre sí, antes que se recurra a las medidas extremas. RECOMPENSAS. - Tienen estas por objeto alentar al estu– diante, reconocer el mérito de su trabajo y de su buena volun– tad. De la misma manera que los castigos, deben servir, ante todo, para el progreso moral del alumno, y se deben más bien otorgar al esfuerzo que al éxito; y a la habilidad, a la inten– ción, más que al resultado. Débese cuidar de no despertar en el niño la vanidad y el egoísmo. Cierto que hay que excitar la emulación; pero ha de ser de manera que el niño tienda a excederse a sí mismo, más bien que a sobreponerse a los demás. Hechas estas salvedades, no puede dudarse que las recom– pensas dadas a tiempo son un medio indispensable para ani– mar a los estudiantes, y esto, en particular, el elogio mereci– do. "Hay en muchos - ha dicho alguien - un fondo tene– broso de desaliento y hasta de abatimiento, desde donde la

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