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-27- que pensar con J. J. Rousseau: "L'homme est un etre nature– Ilement bon, aimant la justice et l' ordre, il n'y a point de per– versité origenelle dans le cceur humain, et les premiers mouve– ments de la nature sont toujours droits". Es necesario, pues, ante todas las cosas, corregir y vencer en los niríos las malas inclinaciones que se observan hasta en los mejores, hasta en los que parecen marcados con el sello de la vocación: el orgullo que se manifiesta por la vanidad, el amor propio, el desprecio de los otros, la envidia, los celos, la burla, la insumisión, la independencia, la desobediencia, el di– simulo, la mentira, la sensualidad que se manifiesta en el amor a sus propias comodidades, la glotonería, la indiscreción, la pereza. He ahi lo que es necesario destruir, y ved ahora lo que es preciso inculcar: los principios de honradez y de probidad, de veracidad, de humildad, de sumisión, de caridad fraterna, principiando ya a proponerles el espíritu de abnegación y de sacrificio que, poco a poco, templa la voluntad y la prepara para la vida. Esta obra lo es de todos los maestros: si no todos se han de ocupar, formal y especialmente, en la educación moral, todos deben contribuir a ella, haciendo converger con pruden– cia a este fin todo lo que forma parte de la enseríanza. El pro– fesor, en efecto, ejerce sobre el nirío una influencia de esta naturaleza. Leemos en una instrucción de la S. C; de Propa– ganda del 25 de abril de 1868: "Ognun cognosce quanta forza esserciti sull' animo giovanile l'autoritá dei precettori e come potentemente lo induca a approvar tutto cio che in essi scorge e da essi ascolta". ¡Cuán culpables serian.pues, los que se li– mitaran al trabajo puramente mecánico de la enseríanza, sin animarlo con un soplo de vida, con el anhelo de contribuir a la formación del corazón! Se deben llevar de frente: "mortifi– i;atio vitre et compositio morum et scientia"-"assecutio morum et vita mortificatéj.". Esta obra es de una delicadeza extrema y reclama un tacto exquisito. Es difícil humillar sin deprimir, reprender sin agriar, alabar sin enorgullecer, estimular la emulación sin pro– vocar la envidia. En este punto no se pueden dictar más que

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