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-18- tiene un valor educativo. Las lenguas vivas se estudian por la utilidad que reportan ellas mismas. Las lenguas serán particularmente útiles a nuestros futu– ros· misioneros. Nadie extrañará que reclamemos aquí un lugar privile– giado para la lengua francesa, lengua de la diplomacia, len– gua aceptada ante las Sagradas Congregaciones Romanas, al igual del latín y del italiano. El medio más eficaz (se podría casi decir que el sólo eficaz) para aprender una lengua viva, es vivir en el país donde aquélla se habla: todos están de acuerdo en este punto. A nosotros nos es relativamente fácil llenar esta condición tan ventajosa; el estudio de las lenguas vivas hecho en la Escuela Seráfica se1viria, al menos, de preparación obligada para residir fructuosamente, durante algún tiempo, en alguna Pro– vincia extranjera. CmNCIAs.-Nos extenderemos poco en materia de ciencias, porque los programas oficiales son tan ricos en este punto, que no dejan nada que desear. Haremos, sin embargo, notar que una intensa cultura clásica será también la mejor prepa– ración para el estudio de las ciencias. El programa científico comprende naturalmente los ele– mentos de la Aritmética, del Álgebra y de la Geometría, con sideradas como conocimientos indispensables en la vida ordi– naria y como preparación a los estudios más profundos, que entre nosotros acompañan al curso de Filosofía. Será muy conveniente añadir algunas nociones de Historia natural (Botánica y Zoología), que constituirán un alivio para los programas ulteriores. Drnmo.-El dibujo, tanto el geométrico como el de figura, por lo menos en lo que tiene de esencial, deberá ser útilmente practicado: él facilitará el estudio de las ciencias y servirá de punto de partida para el estudio de la Estética. Mús1cA.-Se le concederá un honroso lugar, particular– mente al canto, como elemento del culto divino y como objeto de recreación.

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