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-16- En cuanto al provecho que se puede lograr de la lengua griega, ¿quién lo pondrá en duda'? Los autores principales en toda suerte de ciencias escribieron en griego, y al griego hay que acudir para comprender la Sagrada Escritura, los Conci– lios y los Padres. Sin ayuda del griego, difícilmente podría alcanzarse el sentido- verdadero y original de estos textos. Fuera de esto, la misma cultura latina ha recibido la influencia de Grecia. Ésta llegó a ser la escuela ordinaria de los ingenios mejores de Roma, que trataban de perfeccionarse en las artes. Según la expresión de Horado, (Sat.): "Gn~cia capta ferum victorem cepit". Cf. Litt. Leonis XIII, 29 Maii 1885, An. Ord. I, 193; 30 Jul. 1886, An. Ord. 11, 302. Al de las lenguas nacionales y clásicas debe añadirse otros estudios indispensables a todo hombre instruído; pero se tendrá gran cuidado en no sobrecargar este programa y en preferir una buena formación de la inteligencia a una indis– creta erudición. H!STORIA.-No sin razón considera Cicerón (de Oratore) la Historia como "testis temporum, lux veritatis, victus memo– rice, magistra vitre, nuncia vetustatis". Sin ella, encerrados en los límites del siglo y del país en que vivimos, nos reduci– ríamos para siempre en una especie de infancia. "Nescire quid antea natus sis acciderit, id est semper esse puerum". (Id. ibid.) La Historia nos permite salir de este estrecho círculo, y nos pone en posesión del espacio y del tiempo. Dándonos a conocer la humanidad en su desarrollo y en sus crisis, constituye para nosotros un guía indispensable y una escuela de prudencia, y nos dispone a vivir en la época y en el medio preciso en que nos ha colocado la Providencia. La Historia no es solamente una ciencia que tiene su objeto propio; es también un método aplicable, en mayor o en menor escala, a todos los conocimientos, en los cuales no es posible realizar progreso alguno sin la ayuda de la Historia, la cual, iluminando el pasado, permite la visión clara del pre– sente y prepara el progreso para el porvenir. La Historia contribuye a la educación intelectual. En efecto, ella ejercita la memoria, haciéndola almacenar hechos

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