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-8- ñanza técnica o profesional, que prepara para las carreras industriales y comerciales. c) En el grado más elevado, en fin, la enseñanza supe· rior. Esta tiene un doble objeto: 1) la preparación profesional necesaria para un gran número de carreras liberales; 2) el estu– dio de los métodos, merced a los cuales la ciencia progresa y se acrecienta el patrimonio del saber humano: aquí no se trata de la ciencia ya formada y que se transmite a otros, sino de la ciencia que está en vía de formación. Al tratar nosotros de las Escuelas Seráficas, se entiende que nos referimos a la enseñanza clásica, y de ella tan sólo nos debemos ocupar. La Santa Sede ha cuidado de determinar el programa que debe seguirse en los Seminarios de Italia y, por consiguiente, en nuestras Escuelas. En él encontraremos direcciones gene– rales, que en todas partes serán de utilidad. La Carta de la Congregación de Obispos y Regulares a los Obispos de Italia, del 10 de mayo de 1907, dice de esta manera: (An. Ord., XXIII, 229) "Qure in Gimnasio, prrescri– buntur docenda, etiam eorum partitionem quod spectat, visum est, mutatis mutandis, programmata in Italia vigentia sequi". Por otra parte, la S. C. de Religiosos, al tenor de su Decreto del 7 de septiembre de 1909, (An. Ord., XXV, 330) exige que, antes de la entrada en el noviciado, se hayan ter– minado los estudios clásicos. Sólo como excepción, y supuesto el cumplimiento de ciertas condiciones, autoriza la entrada en el noviciado después del cuarto año de Gimnasio. Este Decreto es general, aun cuando se refiere especialmente al programa italiano. (Vid. "Monumenta ad Constitutiones O. FF. Min. Cap. pertinentia". Roma, 1916, p. 51). Pero las divergen– cias, que desde este punto de vista existen entre las diferentes naciones, no son de gran consideración, y no parece dificul– toso determinar, comparando los programas, lo que se podría llamar equivalencia entre los respectivos años de estudios. (Cf. "Codex Juris Canonici", can. 587, § 1 y can.1364). Apoyándonos, pues, en la Carta de la S. C. de Obis– pos y Regulares antes citada, tenemos un punto de partida fijo: en principio, debemos conformarnos en nuestras Escuelas Seráficas con los programas del Estado.

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