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1 • ; GUMERSINDO DE ESCALANTE, O.F.M.Cap. con ese enigma, que es el alma del hombre. Vamos a ponerle como a otro Edipo, a;Jte la esfinge misteriosa del alma del sal– vaje, del infiel, para exigirle que descifre, si puede, el pavoroso geroglí:fico de la psicología del alma pagana y nos dé el resul– tado: la conversión al cristianismo. No es nada fácil el intento. El problema de la conversión de los infieles decimos que es un problema psicológico que puede condensarse en esta fórmula: ELIMINAR DE SU INTELI– GENCIA TODAS SUS CREENCIAS ERRONEAS Y SUSTI– TUIRLAS POR OTRAS NUEVAS; IMPONER A SU VOLUN– TAD LA RENUNCIA ABSOLUTA A SUS COSTUMBRES VI– CIOSAS, OBLIGANDOLE A ACEPTAR OTRAS NUEVAS, o para expresarlo en una fra 1;e histórica, es dirigir al infiel aquella frase que cuentan Jirigió S. Remigio de Reims al fa– moso Clodoveo: «Quema lo qne adoraste; adora lo que qne– maste )) . ¿Es esto fácil? «Convertirse - dice Raoul Allier-, es a la letra cambiar toda la orientación de una conducta y de los motivos y mó– viles que la inspiran ; es llegar a ser, a imitación <le Cristo, una nueva creatunt >> < 21 • O como dice Ortega y Gasset, «un sú– bito cambio del centro de gravedad en un alma que hasta ahora gravitaba hacia un ideal y de pronto se polariza íntegramente hacia otro, acaso opueston W> . El problema, como se ve, supone una lucha tenaz. Lucha por parte del in.fiel que con toda la energía de sus prejuicios ancestrales, se r esiste a entregar como botín, mientras no sea vencido en ba talla, el tesoro de sus creencias y de sus institu– ciones raciales ; y lucha por parte del misionero que, con todo el armamento impresionante de su cultura y de sus argumentos teológicos, pretende derrumbar toda una civilización milenaria para implantar el imperio de Cristo. Ese es el problema, fácil a primera vista . El infiel ¿no quedará deslumbrado ante el bagaj e inmenso de la cultura que el misionero tendrá buen cuidado de desem– paquetar ante sus ojos atónitos? ¿Dónde encontrará su inteli– gencia enana argumentos suficientes para responder a las ra- (2) La Psychologi e de la Conve,·sion, che:; les peuplcs non civi!-ises, I, París 1925, 24. (3) T eorfa de Andalucía y otros Ensa.yos, en: Revista de Occidente, Madrid 1944, 42. -4- .,.

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