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EL PROBLEMA PS ICOLÓGICO DE LA CONVERSIÓN d d , <211 El . . . remos nove a es en nuestro pa1 s)) . cnstiamsmo no es par:1 ellos ni más ni menos que una novedad , y por eso se oponen a él con esa obstinación cazurra con que mu chos de nuestros campesinos rutinarios se oponen a toda innovación ipe pretende facilitar, cambiar los modos rutinarios de sus l abores agrícol as. ¿ Quién no ha escuchado alguna vez l os argumentos ridículos con que algunos de nuestros campesinos defienden sus procedi– mientos rutinarios para oponerse a innovacion es ciertamen te be– neficiosas? Pues si la rutina tiene tanta fuerza, aun en nuestros países de civilización tan brillante, ¿ qué fuerza no tendrá en aquellos pueblos de mentalidad gregaria, carentes de iniciativa personal y adheridos a sus tradiciones con la fu erza de un ins– tinto inconsciente? Por eso, la hostilidad de los indíge nas contra el ca tolicismo no es hostilidad específica, ni ese odio anticatólico con qu e un protestante o un cismático griego, por ejemplo, adoptan ante el catolicismo romano, como ellos lo llaman. El ca toli cismo, para los indígenas, 110 es una religión opuesta a la suya, sino, simplemente, una innovación. Por eso, lps argumentos que contra él oponen no son religiosos, sino sociales : «Eso no lo creyeron· nuestros padres ; eso no lo practicaron nuestos padres ; si nos– otros practicamos eso, los espíritus de nuestros antepasados nos castigarán por haber abandonado sus tradiciones>> . Estos son los. 1ínicos argumentos que esgr ime el negro a nte el cato1irismo. EL ARGUMENTO P ATRIÓTICO. La patria no la crean únicamente el territorio común, ni los lazos de parentesco, ni la r,onrnnidad de intereses; eso no es más que el cuerpo ele la patr ia . El alma son la s tradiciones recibidas de los antepa sados y conservadas como un tesoro reci– bido en herencia y cp1 e tenemos que transrn itir a mi es tros su– cesores. Quitad a un pueblo sus tradiciones, y a111H1u e le dejé is el mismo territorio, l os rn ismo,:, <~iudad anos, 1os mi smos rasgos fisonómicos, b. mi sma leng na, el mismo carácter, aq uf'llo ya· no será la misma patria, a quello será 1ia<ln má E' (!lit~ el cadáver de una patria . Por eso, los pm·blos cpP siPntPn vivamente Pl pa -- (21) Anto11r dn f'roblcme. 13.

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