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GUMERSlNDO DE ESCALA::'ITE, O. F .M.Cap. •cwn-, esta mujer es una rebelde. No queremos que viva entre nosotros. Llévala contigo, si quiere~, pero <1ue salga del pueblo inmediatamente; ella ya no perteuece a nuestro pueblo. Y dirigiéndose a la mujer la llenaron de injurias y de maldiciones. Yo me hice entonces cargo de la mujer y decidí trasladarla al poblado de Luzolu, que era cristiano. Al partir al día siguiente para dicho poblado, seguido de Maleka, que iba a pie, con su ajuar a la espalda, todo el pueblo en masa salió a despedirla con gritos e imprecaciones como estas: «Vete, vete, ya no eres de los nuestros. Tu madre te maldice y la tierra de tu madre reniega de ti. Tú no serás enterrada ,en la tierra donde está enterrada tu madre. Los perros te co– merán y su vientre será tu sepultura)). En fin, todas las maldi– ciones imaginables cayeron sobre la cabeza de la pobre Ma– leka. Poco tiempo después, debidamente instruída, pude admi– nistrar el bautismo y fué una cristiana ejemplar» 01 >. Este relato emocionante nos demuestra que si abandonar las creencias y las costumbres de una colectividad resulta algo heroico aún en países civilizados, en países salvajes, donde la colectividad ejerce una tiranía absoluta ahogando todo in– tento de iniciativa personal, toca en las cimas del heroísmo, sólo explicable por un milagro moral de la gracia, como en el caso de Maleka. El P. Dufonteny cuenta algunos otros casos semejantes y siempre aparece el mismo obstciculo, humana– mente insuperable. Y no se crea que es ta tiranía de la colectividad, hasta su– primir tod a inicia tiva privada , es algo exclusivo de los pueblos salvajes, en nar-iones de civilización más avanzada se da el mismo fenómeno. El P. Rutten , misionero de China, en una de sus brillantes conferencias, pronunciada en una de las Se– manas misionológicas de Lovaina, al examinar las causas del avance lentísimo del catolicismo en China, señala ésta como la principal. Lo que retiene al chino, sobre todo al chino de cultura algo superior, de abrazar el cristianismo es el respeto humano, la vergüenza de singularizarse, el temor a atraerse el desprecio de sus conciudadanos y el desvío de sus familiares. «¿No te da vergüenza? ¿, Qué se va a decir de ti? Tú vas a ser (11) A.utour du Problem e de l'Adaptation, compte rendu ele la quatriemme se– maine de Misslonologie de Louvain, 1926, 127. - 16 -

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