BCCCAP00000000000000000000519
78 P. DAVID DE LA CALZADA Una de las canciones con más éxito callejero, que por el mundo han rodado en estos últimos años, decía así: "Tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor; el que tenga estas tres cosas que le dé gracias a Dios". Indudablemente que esas tres cosas mencionadas por la canción, son tres regalos del Señor, que reclaman la gra– titud de nuestra alma. Pero no vayamos a caer en el enga– ño de creerlas los supremos o únicos valores de la vida. Esas tres cosas, tan cotizadas en el mundo, en la escala de los auténticos valores figuran en el ínfimo lugar, en el más bajo peldaño de la jerarquía. La tierra toda en que habitamos, aunque tenga para nos– otros concepto de destierro, por servirnos de morada los cuatro días de nuestra mortal existencia, tiene tam– bién su encanto y su valor. Es obra del supremo Ar– tífice, que nos hace vislumbrar a través de ella, las supe– riores bellezas de la Patria Celestial. Si esto es el destie– rro, ¿qué será la Patria? Es curioso. Cuando la técnica de nuestro tiempo ha lan– zado a los astronautas a los inmensos espacios a velocida– des de vértigo, a medida que estos se alejaban de nuestro planeta, nuestra inmensa tierra les iba pareciendo cada vez más diminuta, contemplada desde aquellas latitudes. Y cada vez les parecía más grande el universo magnífico, po– blado de mundos gigantescos, que les rodeaban por todas partes. Desde aquella imponente soledad de las alturas, veían esta bola gris de nuestra tierra. Y, si antes no la hubieran visto, por haber sido su morada, apenas podrían creer que en una cosa tan pequeña, pudieran existir infinidad de na– ciones y de ciudades, con sus palacios, museos, parques, bancos, avenidas, almacenes, teatros, restaurantes, riqueza y lujo. ¡Qué pequeña la tierra, al lado de tantos astros, millo– nes de veces más voluminosos, al lado de los espacios infi– nitos, al lado de todo el universo! ... Y, sobre todo, ¡qué pe– queña la tierra, al lado del Dios Creador!... La tierra no es más que escabel de sus pies. En un escalón, superior a este de los valores materiales, situaríamos los valores espirituales humanos. Y, entre ellos,
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz