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CAPITULO VI MAS NOTAS CARACTERISTICAS DE LA FRIVOLIDAD (III) Continuamos con las características de la frivolidad. X.-La frivolidad cambia frecuentemente de ideas y apreciaciones. Dicen que los que cambian frecuentemente de ideas es porque no tienen ninguna en la cabeza. El que tiene ideas concretas, profundamente arraigadas en el alma por la re– flexión, no es fácil que cambie a cada momento. Puede haber equivocaciones que exijan una rectifica– ción tajante. Aun los más sabios pueden sufrir una equivo– cación. Se dice vulgarmente que de sabios es el rectificar. Pero de esta conducta prudente del sabio, a la veleidosa y ligera del alma frívola, hay un abismo. La frivolidad no se aviene con la reflexión serena, sose– gada y profunda sobre las cosas, los problemas y los suce– sos. Por eso no puede tener ideas ni convicciones firmes, y necesariamente tiene que hacer al hombre inseguro, volu– ble y cambiante. El frívolo opina ahora una cosa, y tal vez a los cinco minutos ya opina otra. No hay en sus juicios ni estabilidad ni consistencia. Los hombres dominados por la frivolidad están a merced de todos los vientos de las pasio– nes y del ambiente; a merced de las modas, usos y costum– bres con vigencia en su tiempo. Son como la hoja amarillenta que los primeros fríos del otoño arrancan a la rama del árbol, y que, caída en tierra, es juguete de todos los vientos que la arrastran sin dificul– tad en todas las direcciones. Esto, naturalmente, es indigno del hombre, que ha reci– bido de Dios los dones excelsos de la inteligencia y de la reflexión. Tenemos que ser en la vida, si queremos estar a tono con nuestra dignidad, no hojarasca que lleva el viento, sino hombres de convicciones firmes, como la roca inconmo– vible de la montaña. La frivolidad, haciéndonos cambiar a cada paso de ideas y convicciones, logra con ello que cambiemos también de
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