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RADIOGRAFÍA DE LA FRIVOLIDAD 63 conscientes y responsables; que por eso hoy la Iglesia con– fía a los laicos sagrados compromisos que antes parecían privativos del sacerdote. ¡Cuidado con ilusiones que podrían resultarnos fatales! Examinemos bien nuestro caso, y comprobemos si, en ra– zón de católicos, hemos llegado a la edad adulta, o estamos todavía con el chupete de los párvulos en la boca. Hay un ingenioso pensamiento del Obispo americano Fulton J. Sheen. Dice así: "La mejor definición que se ha dado de un adulto, es la siguiente: Un adulto es el que ha dejado de crecen por las dos extremidades y ha empezado a crecer por el medio". En otras palabras: Que ha dejado de crecer verticalmente y ha comenzado a crecer en línea ho– rizontal. Más claro aún; que ha echado panza. Sería lamentable que también nosotros tomáramos la madurez, no en sentido espiritual y moral, sino en el sen– tido material de volumen y peso. Sería lamentable que nos sintiéramos más adultos, no por el desarrollo de nuestra reflexión y conciencia, sino por el desarrollo de las vísceras del abdomen. Que nos creyéramos adultos, y en el fondo no fuéramos más que unos animalitos de engorde...