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RADIOGRAFÍA DE LA FRIVOLIDAD 57 nos cansancio, correrán más camino y obrarán maravillas que parecían inaccesibles. El P. Granada tiene una página admirable en su libro de oro "Guía de pecadores". Con un grafismo sin igual y, por tanto, al alcance de todas las inteligencias, pone de re– lieve la doctrina que venimos exponiendo. La cita es un poco larga, pero vale la pena. Dice así: "Y por que más fácilmente veas la fealdad de esta servidumbre, quiero traerte para esto un ejemplo bien pal– pable. Imaginemos ahora que estuviese un hombre casado con una mujer en quien cupiese toda la nobleza, hermosura y discreción que en una mujer puede caber, y que estando él así muy bien casado, una mulata, criada suya, y grande he– chicera, teniendo envidia de esto, le diese algunos bebedi– zos, con los cuales de tal manera le trastornase el seso, que, despreciada la mujer y puesta a un rincón de la casa, se en– tregase todo a la mulata, y la hiciese sentar en el estracio de su mujer, y con ella comiese y durmiese, y se aconsejase y tratase todos los negocios de su casa, y por su mandamien– to gastase y disipase toda la hacienda en comidas y fiestas y juegos, y cosas semejantes; y no contento con esto, llegase su desatino a tales términos, que obligase a su propia mu– jer a servir como esclava a esta mala mujer en todo lo que ella le mandase. ¿ Quién podría imaginar que hasta aquí llegase el em– baucamiento de un hombre? Y, si hasta aquí llegase, ¿có– mo extrañarían esto los que lo supiesen? ¿ Qué indignación tendrían contra aquella mala hembra, y qué compasión de la noble mujer, y qué quejas del desatinado marido? Indignísima cosa parece ésta; pero mucho mayor es sin comparación la que al presente tratamos. Porque has de saber que dentro de nuestra misma ánima hay estas dos tan diferentes mujeres, que son espíritu y carne, las cuales, por otros nombres, los teólogos llaman porción superior e in– ferior. Porción superior es aquella parte de nuestra ánima en que está la voluntad y la razón, que es la lumbre natu– ral con que Dios nos crió, cuya hermosura y nobleza es tan grande, que por ella es el hombre imagen de Dios, capaz de Dios y hermano de los ángeles. Y ésta es la noble mujer con que casó Dios al hombre para que hiciese vida con ella,

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