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288 P. DAVID DE LA CALZADA Y en otra composición admirable, la titulada "El Poe– ma del gañán", vuelve sobre el mismo tema de la profunda religiosidad y afecto al hogar de nuestro pueblo: "Ese es un hijo de la Patria mía: el que Natura para el cielo cría. el que entero en la vida se derrama porque a vivirla generoso viene: trabaja, reza y ama. Dios no le pide más; da lo que tiene". Esto era el sano pueblo de España. Y es triste que ten– gamos que decir que e:ra, porque hoy la religiosidad espa– ñola ha perdido mucho de aquella sencillez hondamente vi– vida. Digan lo que digan los eternos censores de la fe ru– tinaria y sin obras, y el fanatismo supersticioso de nuestro pueblo. La elevación del nivel material de vida, lejos de acer– carnos más a Dios por el amor y la gratitud, nos ha aleja– do de El. Nuestra fe robusta y profunda se ha debilitado notablemente. Nuestra piedad, hoy en franca decadencia, parece no nece:ütar ya de Dios ... Y, no digamos nada de nuestras costumbres, que han sufrido un relajamiento mo– ral enorme. El hecho está a la vista de todos. Y no cabe el subterfugio de decir que antes eran más hipócritas, y la in– moralidad estaba oculta. Sabemos un poco de las inmensas hipocresías de hoy, y puede ser que algún día escribamos algo sobre el asunto. No vamos a caer en la ingenuidad de creer que todo lo pasado fue mejor; pero tampoco podemos cerrar los ojos ante la evidencia de tantas cosas que están a la vista y que hablan fuerte. El contacto con los millones de extranjeros que anual– mente nos visitan, puede tener también su buena parte de culpa en esta bancarrota de viejos valores religiosos y mo– rales, que insensiblemente vamos perdiendo. ¡Qué admirable sería que supiéramos armonizar el cul– to a esos eternos valores, con el avance de la cultura y la elevación del nivel de vida! ¡Qué hermoso el no destruir, sino el perfeccionar esa parte de imperfección que en sí lle– van todas las cos;,.s y empresas humanas! ¡Qué estupendo el utilizar la misma elevación del nivel de vida, el avance de la cultura y esta misma oportunidad de nuestra paz es-