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RADIOGRAFÍA DE LA FRIVOLID!UJ que sólo se llena con eternidad. ¡ Qué mísero eres! Basta un soplo frío para helarte... cabes en un ataud; y en cambio, a tus vuelos es corto el vacío y la luz muy tarda para tu inquietud! 281 ¿ Quién pudo esconderte, misteriosa esencia entre las paredes de un vil cráneo? ¿ Quién es el carcelero que con la existencia te cortó las alas? ¿Por qué tu conciencia si es luz de una hora quiere el Sumo Bien? Displicente marchas del orto al ocaso; nada calmar puede tu errante ansiedad, ni hay agua que sacie tu sed... ¡Eres vaso que sólo se llena con la eternidad!" "Yo soy el pan de vida; el que viene a mí ya no tendrá más hambre, y el que cree en mí jamús tendri'i sed", -nos dice Cristo. En la tierra no hay ningún manjar ni bebida que defini– tivamente acaben con la sed y con el hambre. A las pocas horas de tomados, se hace preciso volver a comer y beber. La sed y el hambre han vuelto a hacer su aparición. Por eso se hace necesario comer tres o más veces al día. Sólo Cristo es capaz de apagar definitivamente el ham– bre y la sed de nuestro corazón: Cristo, el verdadero "pan de vida". "Para mayores cosas soy nacido", -decía el filósofo pa– gano. Y si para mayores cosas somos nacidos, no podemos revolcarnos en la materia como los animales de engorde; tenemos que caminar por el mundo con el pensamiento y los amores en Dios, haciendo lo posible por merecer gozar– le y compartir su gloria un día entre los esplendores de la eternidad. "En dos cosas que yo anhelo la felicidad se encierra: trabajar aquí en la tierra y adorar allá en el cielo", -cantó Rubén Daría. No nos imaginemos, por tanto, que aquí en la tierra va– mos a encontrar la felicidad cumplida. Aquí podremos po– seer a Dios por la gracia; pero Dios continuará como es– condido para nosotros. No podemos disfrutar aquí de sus