BCCCAP00000000000000000000519

RADIOGRAFÍA DE LA FRIVOLIDAD 257 da; pone su nido entre su follaje y mora bajo sus ramas; se protege allí a su sombra del calor, y descansa en sus habi– taciones". (XIV, 21-27). La reflexión, sobre todo sobre las verdades eternas, es particularmente necesaria en nuestro tiempo, en que la irreflexión y la frivolidad han llegado a su colmo. Tengo la firme persuasión de que uno de los grandes triunfos del demonio en nuestra época, es el haber logrado postergar al olvido las verdades eternas. Tristemente tenemos que confesar que estas verdades ya no se admiten por muchos, ni siquiera en Misiones y Con– ferencias Cuaresmales, ni en Ejercicios Espirituales. Ya re– sulta de mal gusto el ocuparse de ellas. Ya es hasta elegan– te y fino suprimirlas. Y el que no lo hace, se gana, sin más. el dictado deprimente de anticuado o integrista fósil, que no se apea de sus prejuicios ancestrales por nada del mundo. Hay una anécdota curiosa del gran Pío XII, que me pla– ce consignar aquí, porque me imagino que mis lectores le tendrán un poco de respeto y no se atreverán a tacharle de anticuado. Un día recibió en audiencia a cierto prelado, al que acompañaba un Padre Capuchino. Después de unos minu– tos de diálogo con el prelado, se dirige al Padre que le acompañaba, y con un gesto amable le pregunta: -Y usted, Padre, ¿a qué dedica su apostolado? -Yo, Santísimo Padre, me dedico a predicar Ejercicios a religiosas. -¿Y ya les habla usted del infierno? -le pregunta el Papa con viveza. -Pues, sí, Santísimo Padre; cuando le llega el turno a esa verdad, según el esquema clásico de los Ejercicios, tam– bién les hablo del infierno. -Así, así, -contestó el Papa-; no hay que suprimir la predicación de ese dogma de nuestra fe, que tanto bien puede hacer, incluso a las religiosas ... La conclusión surge por sí misma. Si el Papa recomen– daba que se hablara del dogma del infierno en los Ejerci– cios Espirituales dirigidos a monjas, indudablemente que quería aún más que se hablara del infierno a otros audito– rios bastante más alejados de Dios y más necesitados de un temor saludable.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz