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RADIOGRAFÍA DE LA FRIVOLIDAD ni de tus pintadas flores me enseñaste las espinas; bajo las ondas marinas hay escollo que temer; la tierra no alcanzo a ver y mi costa no la encuentro, porque ya estoy mar adentro y no me puedo volver". Pero insistimos una vez más; todos los infinitos fraca– sos dPl hombre a lo largo de la historia, no han sido parte para eme el hombre reflexionara y viera que no es ese el camino, y buscara el verdadero. Y hoy, como ayer, los hombres siguen empeñados en atrapar la riqueza, imaginándose en ella la llave de la fe– licidad. Los hombres de hoy siguen soñando en los hono– res, imaginándose en ellos el logro de todas las satisfaccio– nes. Y sobre todo, los hombres siguen soñando en los pla– ceres, creyendo que ellos van a saciar las ansias de su co– razón... Sin pensar nunca en aquellas palabras lapidarias de San Agustín, que debieran estar grabadas en las facha– das de todos los edificios, y aún más en los corazones de to– dos los hombres: "Nos hiciste, Señor, para Ti. e inquieto está nuestro corazón hasta que descanse en Ti". ;,No habéis leído la poesín de Gabriel y Galán, titulada "Sibarita"? Aquí la tenéis: "¡A mi n'amás me gusta que dali gusto al cuerpo! Si yo juera bien rico j acía n'amás eso: jechalmi güenas siestas embajo de los fresnos, j artalmi de gaspachos con güevos y poleos; cascalmi güenos fricis con bolas y pimientos; mercal un güen caballo; tenel un jornalero que to me lo jiciera pa estalmi yo bien quieto. andal bien jateao, jechal ca instanti medio,