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228 P. DAVID DE LA CALZADA encontrado en su camino con ese picapedrero, le hubiera estrechado contra su corazón con una ternura infinita... Sin querer nos vienen a la mente aquellas palabras de Cristo: "Yo te glorifico, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has tenido encubiertas estas cosas a los sabios y prudentes, y las has revelado a los pequeñuelos" (Ma– teo XI, 25). Lamentamos de corazó21. el número infinito de los ciegos y de los sordos. Los que tienen ojos y no ven, tienen oídos y no oyen. Y tal vez son universitarios, académicos, docto– res. El orgullo ciega, y hace que la creación sea un enigma para ellos. La sencillez, la humildad y el corazón noble y honrado son los que limpian los ojos de las brumas pasio– nales, y nos dan la visión clara de las cosas. Y esta es la explicación de que vean los analfabetos, y los sabios mu– chas vece" se queden a ciegas ... 4) Los seres de la creación visible eran para Francis– co de Asís escalones para elevarse a los abrazos de Cristo Crucificado. Del gran compositor alemán Mendelssohn son estas lu– minosas declaraciones: -"Cuando voy al campo. sólo la vista de una peonía me proporciona tema para una canción. Un rayo de sol que cae sobre mi mesa de trabajo, el vaivén de las olas, el místico silencio de la media noche, la dulce fragancia del jardín, fueron las causas y el origen de mis cantos". Exquisita la sensibilidad de Mendelssohn, al que la vi– sión de las criaturas inspiraba ta:'l deliciosas melodías. Pe– ro infinitamente mayor aún la ,:ensibilidad de Francisco an– te las criaturas. Ellas, con sus bellezas y perfecciones, lejos de retenerle en la contemplación y abrazo de la materia, le cogían como de la mano para elevarle hasta Dios. También esta actitud maravillosa de Francisco, para el que las criaturas no eran lugar de cómodo descanso, sino vehículo vertiginoso para volar hacia Dios, la reflejó mara– villosamente Gabriel y Galán en una de sus más bellas composiciones: "Yo admiro la hermosura, la soberana esplendidez grandiosa que augusta ostenta sobre sí natura;