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CAPITULO I "¡A LO LOCO!" NO SE VIVE MEJOR Hace unos cuantos años estuvo de moda por España una canción superficial, que oíamos a todas horas en la radio, por la calle, y no hay que decir que también en las alegres ex– cursiones de la juventud: "¡A lo loco se vive mejor!" Lo cierto es que yo nunca la aprendí. Y para poder dar hoy su texto completo a mis lectores, no he tenido más re– medio que acudir a la discoteca de una emisora, donde amablemente me lo han facilitado. Hoy, ya es raro escuchar esta canción por las ondas, y hasta es difícil oírla a los mismos gamberros de la calle. Lo que nos certifica que la canción pasó... Como tantas otras del mismo o parecido pelaje. Pero, si la canción pasó, no así el espíritu de la canción, que, desgraciadamente, sigue vivien– do todavía, quizá en aumento, sobre todo en la masa juvenil. He aquí el texto, recogido directamente del disco: "¡A lo loco!" es una frase que está de moda, que está de moda, y se escucha en todas partes y a todas horas, a todas horas. Es la frase preferida de la buena sociedad; y, aunque usted no se lo crea, contagiado me dirá: ¡A lo loco, a lo loco! ¡Hay que ver cómo vive fulano! ¡A lo loco, a lo loco! ¡Cómo tira el dinero mengano! ¡A lo loco, a lo loco! ¡Hay que ver cómo baila el bayón! ¡A lo loco, a lo loco, a lo loco, a lo loco se vive mejor! Si te vas a la verbena, o a ver los toros, o a ver los toros, a lo loco es el sistema mejor de todos, mejor de todos.