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RADIOGRAFÍA DE LA FRIVOLIDAD 179 riguaron los años que tenía, (bastantes más que los que de– claraba), lo llevó tan a mal que, en su desesperación, op– tó por suicidarse... Parece mentira que la frivolidad pueda llegar a estos límites; pero ahí lo tenéis, hecho trágica realidad en esos hechos concretos e históricos. A veces el atuendo externo es tan similar al del sexo contrario, que de una pareja que marcha por la acera de la calle, ignoramos cuál de los dos es el hombre y cuál la mujer; y, al opinar, sufrimos graciosas y a la vez tristes equivocaciones. El que creíamos hombre, era la mujer, y la que creíamos mujer, era hombre. Nada digamos de los nuevos ritmos musicales, con el inevitable acompañamiento de sus grotescas contorsiones, a veces hasta lúbricas, tan gratos a la mayoría de los jó– venes de hoy. Esos que se aburren soberanamente con la gran música, la música eterna... Esos que tienen un gesto de conmiseración, casi de desprecio, para los ritmos, bai– les y danzas de sus antepasados, cuando aún no habían na– cido ni el club nocturno ni el salón de baile ni la sala de fiestas ... ¿ Y qué decir de la protesta? Esto sí que es algo con– natural en el joven de hoy. Nunca ha vivido la juventud como ahora. Ni sus padres y abuelos pudieron siquiera so– ñar en que podrían ofrecer vida tal a sus hijos y a sus nie– tos. Pero como los jóvenes de hoy no tienen ni idea de có– mo pasaron la juventud sus mayores, y, por otra parte, el ansia de libertad nunca dice "basta", la más pequeña defi– ciencia en el engranaje de la sociedad les crispa los ner– vios, y origina una protesta masiva con manifestación, pan– cartas, (estandartes de estas nuevas procesiones), gritos y, si es caso, hasta pedradas ... Son especialmente curiosas las protestas de los estu– diantes. Protestan de cualquiera que en la sociedad se ima– ginen que no cumple con su deber. Y es el caso que ellos quebrantan todos los días el principal deber de todo estu– diante como tal, que es el de estudiar. Se pasan casi todo el curso sin dar golpe, y el mes de mayo, con los exámenes a la vista, es cuando estudian día y noche para sacar un cur– so adelante, con riesgo de su salud. Descubren el fallo, ver– dadero o supuesto, en cualquier sector del organismo polí-
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