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RADIOGRAFÍA DE LA FRIVOLIDAD 167 zas huecas! ¡Cráneos vacíos! ¡Cerebros en barbecho! Esto es lo que abunda hoy en el mundo... La frivolidad es la esterilidad y la sequía del campo de las almas. En el transcurso de una reyerta conyugal, el marido le dice a la mujer: -No me explico cómo te atreves a llamar sombrero a eso que llevas sobre la cabeza. Y la indignada mujer le replica a su marido: -Y yo no me explico cómo te atreves a llamar cabe– za a eso que llevas bajo el sombrero. Sobre la frente de la mayor parte de los hombres po– dríamos escribir con letras grandes, y entre signos de ad– miración, esta palabra: ¡Ausente! La atención, la reflexión no habitan en aquel cerebro. El alma, con su atención, en alas de la fantasía, y bajo el hechizo del amor, mariposea lejos por el mundo con increíble frivolidad. Dejemos sobre esas frentes un cartel que advierta a aquéllos que con esos sujetos se encuentren en la vida: "No llaméis a esa puerta. ¡El amo está ausente!" Sobre la atención hacia nosotros mismos, para conocer– nos y poner remedio a nuestras deficiencias, tiene unas pa– labras admirables Balmes en "El Criterio": "Si no tuviésemos la funesta inclinación de huir de nos– otros mismos; si la contemplación de nuestro interior no nos repugnase en tal grado, no nos sería difícil descubrir cuál es la pasión que en nosotros predomina. Desgraciadamente de nadie huimos tanto como de nos– otros mismos, nada estudiamos menos que lo que tenemos más inmediato y que más nos interesa. La generalidad de los hombres descienden al sepulcro, no sólo sin haberse co– nocido a sí propios, sino también sin haberlo intentado". (Cap. XXII). El Salmista tiene una expresión que vale por un libro. Detrás de ella, se puede leer en letras mayúsculas la pala– bra frivolidad. Habla de nuestro mundo, y le caracteriza con estas tres palabras: "Tierra de olvido". Y comenta Cornelio A. Lapide: "De todo, en efecto, se olvida el hombre en la tierra: Se olvida de Dios, se olvida de su Ley, de la religión, de las obras buenas, de la salva– ción, del fin del hombre, de la vida, de la muerte, de la eter– nidad. De todo se olvida el hombre en ella, menos de lo que es malo".

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