BCCCAP00000000000000000000519

162 P. DAVID DE LA CALZADA ma de la historia humana. Y de ese escenario podemos de– cir que muchas veces están ausentes la inteligencia y el co– razón. Todo se reduce a una gran colección de muñecos, no de cartón y trapo, muñecos humanos, que se mueven casi mecánicamente, febrilmente, alocadamente, por efecto de un resorte, el egoísmo, que manejan hábilmente el de– monio, el mundo y la carne. Los muñecos se mueven, dan– zan y bailan al son que les tocan y bajo el impulso que les imprimen. Toda esa danza loca tiene un nombre: frivo– lidad... Pero volvamos a aquellas grandes plazas de nuestras ciudades. Un día aparece en ellas un hombre con un mag– netofón, colgado al pecho, del que parte un cable que re– mata en un micrófono. Ve aquel espectáculo febril, hir– viente de personas. Un auténtico hormiguero humano. Lo observa detenidamente. Ve que algunos saben bien adonde van. Otros ve que marchan un poco a la deriva. El caballero, que no es más que un repórter de la pren– sa, la radio o la televisión, quiere saber lo que llevan den– tro aquellos transeúntes <.te la gran pbza. E interceptando el paso a uno de ellos, le acerca el micrófono a la boca y comienza la entrevista. Después la hará a otro y a otro y a otro... Las pregunt:.ls siempre serán las mismas o pareci– das: ¿Cómo se llama usted? ¿Profesión? ¿Es usted casado? ¿ Adónde se dirige? ¿ Qué piensa en estos momentos? ¿Qué le preocupa en la vida? Nosotros añadiríamos una pregun– ta mús: ¿Para qué le parece que le ha puesto Dios en este mundo? Si fuéramos nosotros los que hiciéramos esta entrevista por separado a todos lo:o transeúntes de la gran plaza, ¡cuántas cosas tendríamo.3 que escuchar!... Y sacaríamos, sin duda. unas dolorosas humillantes consecuencias, La increíble · frivolidad de la mayor parte de las gentes que se mueven por esas calles. El infantilismo increíble de nuestras vidas. La futilidad de las cosas y problemas que preocupan y quitan el sueño al rey de la creación. La enor– me e increíble despreocupación en torno al fin de nuestra existencia terrestre. El olvido estúpido de ese más allá, que por momentos se nos viene encima... En la frivolidad hay mucho que no marcha de acuerdo con la razón ni con la fe. Hay mucho de afinidad, y hasta

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz