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110 P. DAVID DE LA CALZADA "La falta de significado de la vida es lo que la hace inaguantable. No hay nada que mine más las mentes de los hombres, que la pérdida de ese significado de la vida. Después de todo, si no sabemos para qué estamos aquí, ¿a qué seguir viviendo? El hombre debe aspirar a la cumbre de la eternidad, o bien dejarse caer en los abismos de la desesperación y de la frustración. Sin embargo, hay muchos que piensan que hay otra al– ternativa: la de la indiferencia. Creen que lo mismo que los osos invernan durante una estación del año en estado de completa suspensión de movimientos, así también ellos pueden dormir durante toda su vida, sin elegir vivir para Dios, o bien contra El. Pero este invernar tiene su fin; el invierno acaba, y en– tonces uno se ve forzado a tomar una decisión". Y nosotros añadimos: Decisión que puede llegar dema– siado tarde! ... "¡Oh desvergonzado perezoso, -le dirá San Bernardo-; mil millones de ángeles sirven a Dios, y diez mil millones están prestos a ejecutar sus órdenes, ¿y tú pretendes estar siempre descansando?" Pero hay muchos necios que, como dice también Fulton J. Sheen, "afirman que la vida es un engaño, y que prome– te lo que no puede dar. Y en su consecuencia, (consecuen– cia absurda), se lanzan a un placer tras otro, la mayor par– te de las veces carnales, con la esperanza de alcanzar a través de ellos, el infinito. Pero están condenados al fra– caso, porque lo único que pueden hacer es añadir ceros a ceros" ... Y tras todo esto, el hastío, la sensación de fracaso y el remordimiento de conciencia... San Pedro escribe en su primera Epístola: "Carísimos míos, os exhorto, como forasteros y peregrinos, a que os abtengáis de los deseos carnales que combaten el al– ma". (11, 11). Esta es una idea que no debemos olvidar nunca: Somos extranjeros y peregrinos en este mundo. No somos nativos, como los animales que aquí nacen, aquí mueren y aquí aca– ban y se extinguen definitivamente. Nosotros somos de otro país donde se nos espera. Y nuestro afán ha de ser caminar sin descanso hacia la Patria. Nada de retozos ale– gres y despreocupados en las verdes praderas que nos es-