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RADIOGRAFÍA DE LA FRIVOLIDAD 9.'i llas que encierra, se queda a distancia casi infinita de la grandezci inconmensurable del hombre, rey de la creación. Y esto, aun en el plano natural. ¿ Qué será si conside– ramos al hombre en el plano sobrenatural, adornado con la gracia santificante, hecho hijo Je Dios por adopción, mo– rada de la Santísima Trinidad y heredero del cielo? Todas las cosas fueron creadas para el servicio del hom– re. Y el hombre fue creado para el servicio de Dios. Luego, la consecuencia es clara: Todas las cosas son inferiores al hombre. Y, por cima del hombre, sólo los espíritus angéli– cos y Dios. Por eso aquellas palabras de San Juan de la Cruz: "1\1ás vale un pensamiento del hombre que todo el mundo, y por eso sólo Dios es digno de él, y a El se le debe". Y los ascetas vendrán a decirnos: "El que es más gran– de que todo el mundo, no tiene nada que pedir al mundo". Podríamos traer a cuento el viejo aforismo español: "Nobleza obliga". Si eres tan grande, pórtate siempre co– mo grande. No caiga:; de rodillas ante las cosas, que son más pequeñas que tú. :No te prostituyas, convirtiendo en ídolos de tu corazón a las riquezas, los honores y los pla– ceres. Para mayores co:;as eres nacido. El honor te exige que sean para Dios los pensamientos de tu mente, los amo– res de tu corazón y los servicios de tu vida. De lo contra– rio, serías un auténtico traidor, a quien un día se habrá de pedir cuentas. 2) El alma e; mus!rn mós •=·~---+--= í!Ue el cuerpo. El cuerpo es un poco de barro organizado. Unos kilos de materia, varia en compo,;ición. Un sabio americano tuvo la humorada decepcionante de descomponer química– mente un cuerpo humano. He aquí sus deducciones: Con el agua contmüda en un cuerpo normal, habría pa– ra lavar un mantel. Con el hierro que se contiene en los glóbulos rojos de la sangre, podrían fabricarse siete clavos de herradura. Con el ye::30 contiene, podrían blanquear- se las paredes de un de casa lugareña. Transfor- mándolo en grafito, podrían fabricarse noventa y cinco la– piceros. Con el fósforo, podría hacerse una caja de cerillas. Hasta se podrían extraer del cuerpo humano unas cucha– raditas de sal. Y he aquí la conclusión desoladora del sabio: Todo este