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ARTICULO XV Es verdad que en los alrededores de la cárcel se agolpaba una gran muchedumbre; unos en forma de meros curiosos; otros insultando a las víctimas y blasfemando sin tasa. Predominaba el elemento femenino _que, con gestos y palabras, incitaba a los asesinos. Entre tanto odio no se ate– morizaron los mártires; mas fuertes en la fe, se dieron unos a otros la consigna de gritar en la hora suprema del martirio: «VIVA CRISTO REY». La mayoría así lo hicinron, como más tarde lo aseguraron algunos asesi– nos. Como lo-probarán, etc. ARTICULO XVI Es verdad que los prisioneros transportados en algunos camiones fueron conducidos desde la cárcel, al cementerio del pueblo de Jove, muy cerca de Gijón. En él fueron colocados contra el muro de la pared, lado derecho y dentro del mismo, y allí asesinados con fuego de ametrallado– ras. La mayor resignación acompañó.hasta el último momento a las ví– timas, que, ante el pelotón de ejecución, tuvieron fuerza para confesar una vez más el propio «Credo» en el grito de «VIVA CRISTO REY, VIVA' CRISTO REDENTOR». Entre estos se encontraba Fray Alejo que aceptó serenamente la muerte que le fué dada como religioso. Era el 14 ~e agos- to de 1936.. · Como lo probarán, etc. ARTICULO XVII Es verdad que, no. obstante la solicitud y la atención habidas en la exhumación de los cadáveres, fué imposible su identificación, porque los mártires, después de la ejecución, fueron sepultados en dos fosas comu– nes grandes. Co_'71o lo probarán, etc. · ARTICULO XVIII Es verdad que ~n el cementerío de Jove, en la pared contra la cual fueron fusilados, fueron -colocadas cuatro lápidas, que forman un cuerpo; en la segunda lápida se encuentra el nombre de seis capuchinos. Unas lá– pidas mayores han sido colocadas en el pórtico de la iglesia de los PP. Je– suítas con los nombres de los asesinados que allí estuvieron presos. También en ellas están)os nombres de los capuchinos. Por último un ter– cer monumento sencillo, consistente en una pequeña lápida de ;mármol 52