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MARTIRIO DEL SIERVO DE DIOS PADRE DOMITILO DE AYOÓ ARTICULO XVI Es verdad que el 6 de septiembre de 1936, como a las dos de la ma– drugada, entraron algunos marxistas en la Iglesia-Cárcel donde se en– contraba el S. O., y después de haber llamado en alta voz a algunos de- .tenidos, por su propio nombre, entre otros el de el Siervo de Dios. A cada uno de los llamados por lista amarraron un cordel a la cintura, y otro a las manos, echándolas atrás para unir los dos cordeles; luego los arrojaron fuera y los cargaron en un camión cerrado, como los que usa– ban antes para el pescado en esta Villa de Candás. El S. D., antes de sa– lir de la cárcel, ya amarrado, se acercó al párroco don Pedro P~rejón, y recíprocamente se dieron la Absolución Sacramental. Después, sereno y tranquilo se encaminó al martirio, procurando con la palabra y con el ejemplo consolar a los compañeros de desventura, entre los cuales, a un joven que se desesperaba y lloraba viéndose próximo a la muerte. El S. D. fué con .otros llevado al pueblo de Peé' n y en él fusilado. Eran las cuatro de la mañana del 6 de septiembre de 1936. Como lo probarán, etc. ARTICULO XVH, Es verdad que el S. D. aceptó con alegría la muerte qne le fué dada como Sacerdote y Religioso. De hecho, siempre m:mifestó a los persegui– dores su condición de Ministro del Señor, aún sabiendo qlle tal declara– ción le procuraría su.conde11ación a muerte. Aceptó con calma y sereni– dad el anuncio de la muerte, y se comportó hasta el último momento co– mo un digno Sacerdote, dando la absolución, ~consejando el arrepenti– miento y exhortando al amor y al perdón. Llegado de hecho al lugar de la eje~ución, con gran fortaleza pidió a sus asesinos la gracia de ser fusila- .do el último, para poder dar la Absolución S:icramental y los últimos C(?U– suelos a los otros compañeros de desventura , Como lo probarán,, etc;.

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