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REVOLUCIÓN Y PRENDIMIENTO DEL SIERVO DE DIOS ARTICULO XII Es verdad que el día 21 de julio de 1936, con ocasión del levantamien– to Nacional, el Convento de Capuchinos de Gijón, fué pacíficamente ocu– pado por los Nacionales, quienes, después de haber tomado posiciones en la terraza del Convento, abrieron fuego contra los Milicianos. Los reli– giosos en él residentes, no participaron en la lucha, sino que se refugiaron en el sótáno. El combate duró poco tiempo, pues, de hecho, al día siguien– te, como a las cuatro de la madrugada, la Guardia Civil Nacional abando– nó el Convento sin comunicárselo a los religiosos y dejándolos solos e indefens os. Los Milicianos irrumpieron en el Convento, y con bombas de mano y con armas de fuego echaron abajo puertas y ventanas, llevando en sus manos la destrucción y la ruina. Los PP. Daniel de Sardonedo y Lucas de Valladolid y el Hermano Fray Lázaro de Villares tuvieron tiem– po de ponerse a salvo. Cayeron en manos de los Milicianos el P. Guar– dián, Padre Manuel de Hontoira, y los Hermanos Fray Alejo de Terradi– llos y Fray Eusta q: Llio de Villalquite, quienes fueron conducidos a una pa– nadería inmedb t21_y sometidos a interrogatorios con amenazas de muerte. El P. Guardiár: 1 des;E1(:s de un minucioso y largo interrogatorio, pudo huir. Los PP. Bu¿¡1 no de Vislmtoüa, Ildefonso de Armellada, el S. D. P. Arcángel y el H? i'ímmo Fr.:1y Eusebio de Saludes, por otra puerta del Convento foeron lleva.dos a la Comisaría y a la iglesia de los PP Jesuítas de Gijón, convertida por los «roj os» en cárcel. Pocos días antes de ser asesinados, todos los religiosos fueron trasladados a la iglesia parroquial de San José de Gijón, también convertida en prisión por los mismos «mi– licianos». Como lo probarán, etc. ARTICULO XVII Es verdad que el S. D., desde el mismo día de su detención, se presen– tó como Sacerdote Capuchino, y en la cárcel mantuvo una conducta digna y ejemplar. No se despojó del santo hábito religioso mientras RO fué obli– gado. De hecho, pocos días a·ntes d~ la detención, y precisamente el <lía zo