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ARTICULO IV Es verdad que vuelto el S. de D. a la Provincia, fué primeramente nom– brado Profesor del Seminario Seráfico de El Pardo; después pasó sucesi– vamente a enseñar Filosofía, el año de 1914, en el Seminario Seráfico de Bilba o. El año de 191ó fué elegido Definidor Provincial, y trasladado al Colegio Teológico de León con los cargos de Director del Seminario de la Orden y Lector de Sagrada Teología. Tres años más tarde, en el Capítulo Pl'ovincial celebrado en Bilbao, fué el Padre Berardo elegido Ministro Pro– vincial, cargo que desempeñó en la Provincía de. Castilla durante tres años completos. En sucesivos años desempeñó los oficios de Custodio ge– neral, Lector de Derecho Canónico y Ciencias Eclesiásticas (añop 1922- 1925), Guardian del Convento de EIPardo y Director del Seminario Se– r á fi co al mismo tiempo. Finalmente, los Superiores le nombraron Guar– dián de Montehano (1928) y Vicario del Convento de Gijón. Como lo probarán, etc. VIRTUDES DEL SIERVO DE DIOS PADRE BERARDO ARTICULO V Es verdad que el S. D. ya en los actos comunes y ordinarios, ya en los momentos difíciles vívidos durante la persecución religiosa, fué siem– pre constante en el ejercicio de todas la virtudes cristianas y observó con fervor creciente los Mandamientos de Dios, los Preceptos de la Iglesia, los Consej os Evangélicos y todas los obligaciones derivadas de su estado. Como lo probarán, etc. ARTICULO VI Es verdad que en el cumplímiento de los deberes de estudiante el S. de D. fué siempre exacto, y estando dotado de pronta y despierta inteligencia cursó brilla ntemente los estudios de la Carrera. Eclesiástica, siguió con re– comendable atención las lecciones diarias, consigu.iendo gran ap~ovecha– míento. De su capa cidad jamás hizo ostentación, antes bien, generoso y comp ::i.sivo co,i S!.ls condiscípulos, n.unca rechazó o les negó a ellos su ayudq.: siempre est :1vo pi·mito para ponerse a la dísposic~ón de cualquie– ra que le pidiese consejo o explicaciones. Como lo probarán, etc. 8