BCCCAP00000000000000000000517

IX Registro en la pensión.--El teléfono intervenido.– «lré donde Dios quiera».-«Yo no he hecho mal a na– die».-Detenido y llevado por los milicianos. Dejábamos en nuestra narrac10n al siervo de Dios en la pensión de San Antonio el día 30 ele julio por la noche. Ahora va a ser nuestro estimado amigo, don Antonio Ignacio Lucas Vaquero, duefio de la pensión, quien nos relate el registro llevado a cabo en la pensión y las facetas dolorosas y de irrepara– bles consecuencias para el siervo de Dios ocurridas durante y después del registro. «El día 29 de julio del afio 1936 vino a nuest ra pensión el padre Andrés de Palazuelo, capuchino del convento de J esús de esta villa de Madrid, con otros dos señores sacerdotes: don Maximiliano Gon zález, sobrino del padre Andrés, y don Manuel Villa– res, a pedir hospedaje porque y a todos los religiosos es taban fuera del convento, a causa de la persecución religiosa. Nosotros, no obstante tener ya en la pen– sión a una sefiora, esposa ele un poiicía, con tres hijas, y a un buen número de religiosas, hasta nueve, con mucho gusto los admitimos en nuestra pensión. Al padre Andrés ya le conocíamos por haberle vis to muchas veces en la iglesia de Jesús . »En cuanto llegó a mi casa vestido de paisano y sin barba, como mi mujer le conoció, sin reparo le dijo: «Usted es el padre Andrés». Y él solamente manifestó su extrañeza de que le conocieran estando sin barba, pero no lo negó. Mi mujer le preguntó: «¿Y Jesús?». Y recuerdo que él contestó sonriente: 39

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz