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etcétera, reuniendo así un copioso arsenal, con el que se puede reconstruir en gran parte la historia genuina y auténtica de la antigua Provincia de la Encarnación de las dos Castillas como así se denominaba». Fecunda en verdad fue la pluma del siervo de Dios, como lo demuestran los escritos, edit ados unos e inéditos otros. Entre los editados mer ecen mención especial, el volumen de sermones ya anteriormente indicado; dos volúmenes rotulados Vitalidad Seráfi– ca; dos monografías referentes, la una al convento de Capuchinos de Calzada de Calatrava, y la otra al antiguo convento de Capuchinos de Deusto. Publicó otra obrita sobre el Santísimo Cristo de la Agonía de Limpias, de tono apologético. Una Conferencia sobre San Francisco de Asís pronunciada en la Aca– demia d e Jurisprudencia de Madrid. Además apare– cieron escritos del siervo de Dios en revistas, especial– mente en Estudios Franciscanos, r evista científica, en donde publicó trece largos artículos sobre «La cons– titución íntima de los cuerpos». En El Mensajero Se– ráfico, catorce artículos sobre «El milagro y su im– portancia en ]os planes de la divina Providencia», r elacionado con ]os sucesos de Limpias, nueve artícu– los más en la m isma revista, titulados «Pensamientos sobre la formación moral, r eligiosa y cívica del católico ». Cuando la Provincia Capuchina de Castilla celebró Capítulo para la elección de nuevos superiores el año de 1934, el padre Andrés fue elegido delegado o r epresentante de la Comunidad del convento de Jesús; y en el Capítulo, tercer definidor o consejero provincial, sin que por eso dejara los cargos de ar– chivero y cronista de la Provincia. Con los mentados 16
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