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parroquias o pueblos abandonados, o ya en cualquier otro lugar aparente, una extensión proporcionada de tierras bal– días para que establezcan sus poblaciones y sus correspon– dientes labranzas bajo la dirección de un capitán fundador, nombrado por S. Sa. entre las personas que tengan más in– flujo sobre los indígenas y que sean capaces de atraerlos y reducirlos por medios suaves a vida social, dedicándolos a la agricultura. 0' 1 -Que S. Sa. ofrezca igualmente a los rnismos indíge– nas, que conYengan en abandonar sus vidas errantes y redu– cirse a poblado, que serán auxiliados por una vez para sus primeros establecimientos con herramientas, un vestido y lo demús que sea preciso, así para la fundación del pueblo co– rno para sus labranzas. L1'·'-Que en cada pueblo que se vaya formando de indios reducidos, nombre S. Sa. un doctrinero entre los individuos que a su juicio tengan la capacidad necesaria y que por una pequeña gratificación mensual se encargue de instruir a los indígenas en la doctrina cristiana e idioma castellano y de infundirles buenas múximas tratúndolos siempre con la ma– yor suavidad y dulzura para que no se fastidien de su nuevo plan de vida. ;)''-Que así mismo nombre U. S. para cada uno de di– chos pueblos un capitún fundador con los deberes de man– tener el orden en la población y cuidar de la policía en todos sus ramos; repartir a cada familia de indígenas el número de fanegadas de tierra que necesitan para sus labranzas y se les hayan designado por S. Sa. con tal objeto; enseñar a los indígenas a cultivar los frutos propios del país, entre los cuales se escogerán los que puedan serles mús útiles y ven– tajosos; fomentar la población por cuantos medios le su– giera su celo y el conocirniento que tenga del carúcter de los indígenas, usando siempre de un influjo paternal más bien que de la fuerza, hasta que los indígenas contraigan los há– bitos propios de la sociedad: y hacer en tender a los indíge– nas la utilidad que puede resultarles de vivir siempre unidos -44-