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LA CAUSA. INDIGEN.4. AMERICANA EN LAS CORTES DE CADIZ septiembre (17 al 20), en que se vieron ellos inj uriosamen~ te atacados por un papel venido de Méjico, que llevaba por título "Rasgos sueltos para la Constitución de América", dejadas menudencias impertinentes, cerraron filas para der f enderse a sí mismos y juntamente a los curas doctrineros y ::1 los indios y su verdadera y no aparente religiosidad, y su eminente patriotismo. En la defensa subrayaron como especialmente injurio~ sas y falsas las aserciones de que no se veía religión "ni en los indios ni en sus curas, que ninguna moral hay, que es generalísimo el mal ejemplo en juego, mujeres y aguarr diente", y que los seminarios eran pésimos. Por lo que hace al patriotismo, dijeron que aparte de los sacrificados (americanos) en los sitios de Zaragoza y en otras partes, "Por lo que toca a los que están en América, es también muy injusto decir que no anhelan por la salud de la patria, cuando hay mujeres que todas las semanas presentan el fruto de su trabajo para mantener a los militares en campaña; cuan– do ha habido indio que ha vendido su jumento con el mismo fin, y hasta el extremo de haber habido india que sabiendo que nuestro Rey Fernando se hallaba cautivo, dijo que ella se ven~ dería para redimirle" ( Sr. Alcocer). No causó menos indignación en los diputados ameri~ canos otro papel, que se dijo emanado del Consulado de Méjico, y en el cual, según dijo el Sr. Morales Duárez, "Se dibujó un cuadro el más calumnioso y horroroso de la América, que ha podido estamparse de pueblo alguno. Todas sus corporaciones, así de mixtos como de indios y de espa– ñoles, se dicen universalmente faltas de religión, moral, fide– lidad al Trono y demás aptitudes civiles, para concluir no sean admitidas a la representación nacional, sino eternamente condenadas a la esclavitud." -85-